En 1951, el gobierno de Juan Domingo Perón decidió construir en la Ciudad de Buenos Aires, más precisamente en el barrio de La Paternal, lo que sería el hospital de niños más importante de Latinoamérica y uno de los más completos del mundo, que contaría con cuatro edificios imponentes, y decorados por especialistas en psicología infantil. Sin embargo, Perón fue derrocado y como el Elefante Blanco, el complejo que pasaría a ser tomado por familias carenciadas, fue bautizado como el «Albergue Warnes».
En estas semanas, el lugar ha sido noticia nuevamente, ya que la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires comenzará a tratar el proyecto del Ejecutivo porteño que prevé la construcción de edificios (hasta 48,5 metros de alto) y comercios en el edificio en el área que ocupaba el gigante que fue demolido en la década del 90.
La propuesta hace foco en tres sectores del complejo, sobre Joaquín Zabala y Constituyentes, y propone modificar la normativa urbanística para nuevos usos complementarios. Según los argumentos, permitirá la adecuación de las demandas «tanto de los futuros habitantes del emprendimiento como de los actuales vecinos de La Paternal, con actividades que potencien la escala peatonal y la apropiación social del sector y su entorno”.
Al respecto, Camila Febe Rodríguez, integrante de la Junta Comunal 15, sostuvo que el PRO cree que la Ciudad es «una plataforma para hacer negocios con las tierras y alrededor de esa premisa gira todo el resto del desarrollo urbano». Además, destacó la importancia de la comuna (Chacarita, Villa Crespo, La Paternal, Villa Ortúzar, Agronomía y Parque Chas) como pulmón verde: «Es una zona muy valiosa en términos reales». De hecho, la comunera destacó que esta situación pasa en todas las comunas porque es el proyecto de desarrollo del Ejecutivo desde hace muchos años. Según su mirada, estas gestiones se caracterizaron por transformar a la Ciudad en un espacio cada vez más caro y exclusivo, sumándose a un fenómeno global.