El último viernes, las comunas de la Ciudad de Buenos Aires albergaron el cuarto «ruidazo» contra las subas en los servicios públicos. Luego de la convocatoria, Carlos Wilkinson, integrante del Movimiento Comunero, señaló el rechazo ciudadano en materia tarifaria. Sumado a «las medidas que están tomando, que hace imposible la vida de la mayoría de la gente».
De esta manera, afirmó que los «ruidazos» no nacieron por una planificación, sino por el disgusto de los porteños: «La gente nos empezaba a mostrar esta necesidad de manifestar la bronca frente a una situación que les imposibilitaba seguir viviendo».
En comparación a las primeras convocatorias, Wilkinson expuso demandas puntuales, no sólo el descontento. «Una de ellas es que se trate la emergencia tarifaria» en una sesión extraordinaria de la Legislatura de la Ciudad, afirmó. A la espera de este pedido, expresó: «Vamos a ver si por una vez el oficialismo da respuesta».
Además, planteó los rechazos a la resolución sobre las escuelas nocturnas y la solicitud para frenar los incrementos escalonados del subte, «que hace imposible viajar».
