Ibarbure necesita una silla para competir en Tokio
Hace más de un año que el bochista marplatense Mauricio Ibarbure lucha para que el Programa de Atención Médica Integral (PAMI) le entregue una silla de ruedas, necesaria para movilizarse en su vida cotidiana y representar a la Argentina en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.
Su asistente Naiara Landaburu explicó que «los papeles fueron entregados en agosto y, en teoría, en enero ya estaba en Buenos Aires, a la espera de que llegue a Mar del Plata y se la entreguen a Mauricio». Sin embargo, la silla desapareció «mágicamente y no se sabe dónde quedó».
A mitad de año, el director del PAMI de Mar del Plata, Fernando Mogni, le comunicó al deportista, mediante un mensaje de WhatsApp, que la silla no sería entregada por ellos, por lo que debía conseguirla por otros medios. «Lo que nos dicen ahora es que el valor es muy elevado, que la seccional marplatense no se ocupa de este tipo de sillas», expresó Landaburu.
En este sentido, comentó que la negativa no aparecía en el expediente del atleta hasta el 8 de septiembre. De hecho, desde la central de Buenos Aires lo siguen llamando para preguntarle si le entregaron la silla. «No hay comunicación o esa negativa no existe en ningún lado en el sistema», comentó.
Durante la última charla con Mogni, Ibarbure- ganador de la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Lima 2019- supo que le entregarán la silla mediante la Secretaría de Deportes y la Agencia de Discapacidad. Sobre esto, la acompañante de Mauricio aseveró: «El director del PAMI quiere quedar como que colaboró».
No obstante, no saben cuándo arribará. Es que desde el PAMI le dijeron que será en los próximos 30 días, mientras que la cartera deportiva desconoce el plazo. «Le daban un lapso y después lo modificaban. Es una silla extranjera y los presupuestos son diferentes, y lleva un proceso», indicó Landaburu en diálogo con FRECUENCIA ZERO.
Por otro lado, se refirió al entrenamiento pensando en Tokio, desarrollado en su casa por pandemia del Coronavirus. «Se hizo una reunión con todos los deportistas olímpicos y se dejó para lo último a las personas con discapacidad. Se hizo un listado de dónde iban a entrenar y con quién, y después no se hizo nada. Quedó todo en quizás y nunca se cumplió», planteó.