Essays on Empathy Review: Analizamos la antología de videojuegos del estudio español Deconstructeam título por título
Con ese nombre peculiar, al menos para una obra gamer, Essays on Empathy se nos presenta no como un videojuego, sino como una antología de los mismos. Una decena de títulos de la desarrolladora española Deconstructeam.
La misma se ha encargado, a lo largo de los años, de presentar pequeñas entregas –la saga entera en este racconto– muy sólidas y muy orientadas a la narrativa, con el aspecto lúdico un poco dejado de lado en general. No por esto último estamos hablando de videojuegos malos. Pero tal vez no estemos –en varios casos– hablando de estrictamente videojuegos, sino más bien de historias interactivas donde el desafío no existe y la jugabilidad queda reducida a poco más que unos clicks acá y allá.
Dada esa solidez en el relato, con mucha intención progresista en la búsqueda de instalar temas de inclusividad, enfermedades mentales, dinámicas hogareñas, donde más se destaca Deconstructeam es en aquellas entregas que ponen el foco en, aparte de tener mecánicas de videojuego, dificultades.
Essays on Empathy, en virtud de la colección, desarrolló un videojuego completamente nuevo (De tres al cuarto). Y agregó a cada entrega un pequeño documental con los creadores. Por tan poca plata, es una auténtica maravilla.
Adelante, una breve reseña de los diez videojuegos incluidos en la antología:
Underground Hangovers: el primer juego de Deconstructeam tuvo su salida en el 2015 y es uno de los que más intención tiene de ser reconocido como tal. Un grupo de mineros en un planeta exterior ha sido abandonado por el resto de su grupo y tiene que recolectar piezas para armar una nave. Las mecánicas son simples, pero las dificultades son extrañamente amplias. Una entrega entretenida, pero que está lejos de ser lo que pretende el estudio más adelante.
Supercontinent LTD: casi mi título favorito de la antología. Supercontinent LTD es una aventura gráfica de una sola y breve instancia. El detective Brandeis (que aparece en otras entregas de Deconstructeam) debe utilizar sus recursos intelectuales del teléfono para descubrir quién quiere hacer explotar bombas en la ciudad y volar la comisaría. Toda la trama se desarrolla marcando números telefónicos y asumiendo identidades. Es divertido, con dificultades pero sencillo; y se puede terminar en 15 minutos. Es la tónica para el resto.
Behind every great one (BEGO): lo van a ver resaltado muchas veces en las reseñas que lean, porque es uno de los más tristes. En un ambiente visual que recuerda al primer Sims, manejamos el día a día de la mujer de un pintor muy egocéntrico. BEGO busca, mediante diálogos y la realización de tareas domésticas, que el jugador reconozca las instancias patriarcales más sutiles a las que está sometida la mujer: la carga mental, el estrés de la vida diaria donde no se reconoce el trabajo de ama de casa, el maltrato verbal y psicológico no percibido, así como la pretensión sexual no correspondida.
Todo eso, con los suegros. Realmente, es uno de los mejores videojuegos de los diez, pero cuesta verlo como un videojuego cuando se siente más bien como un manifiesto.
Eternal Home Floristry: una de las dos o tres singularidades que tiene la antología. Desarrollado en 72 horas con un pixel art simpático, nos presenta al dúo de Sebastian, un anciano dueño de una florería y especialista en el armado de bouquets, y Gordon, un asesino a sueldo. Gordon cometió un asesinato y está refugiado en el búnker de Sebastian, que durante su tiempo de escondite le enseña a armar ramos de flores para diferentes instancias. De entre los diálogos, podemos vislumbrar un relato interesante sobre la sexualidad, el amor, la despedida y los dramas familiares. Una rareza absoluta, pero ni a palos la única.
The Bookshelf Limbo: desarrollado como un regalo de cumpleaños, “El Limbo de las estanterías de libros” no es un videojuego, aunque se haya creado así. Es una historia interactiva en la cual tenemos que elegir un libro de regalo por el cumpleaños de nuestro padre. El personaje lee las citas de las contratapas, las recomendaciones y poco más. Flojito, pero cortito.
Zen and the Art of Transhumanism (ZAT): uno de los rarísimos. A las personas nos faltan piezas que nos hagan ¿mejores?, ¿distintos?, ¿menos acomplejados? En manos de un cyborg eso puede cambiar. Siguiendo unos moldes, debemos armar unas piezas de distintas formas que ayudan a las personas con aquello que les está generando un malestar. Construir las piezas puede constituir un inicial desafío hasta que descubre la mejor herramienta para el limado. ZAT está hecho en pixel art y es un interesantísimo y breve intento de tratar temas supercomplejos.
Engolasters January 2021 (EJ2021): lo primero que pensé con el nombre del juego es que estaban homenajeando a la novela de Stephen King Langoliers, pero no tenía nada que ver. Desarrollado en el 2017, es otro de los que sí son estrictamente videojuegos, aunque haya una narrativa secundaria muy interesante sobre las dinámicas familiares, la depresión, el escape. Engolasters es una ciudad de Andorra (saludos a Rubius), donde la protagonista del videojuego se ve interceptada y atacada por una nave espacial y al mando de su camioneta debe decidir qué hacer. Volver al observatorio a investigar las extrañas señales o curarse y volver a casa a resolver un drama personal. Aunque no es un videojuego largo, en un momento se vuelve tedioso. Sin embargo, se aplaude el intento por hacer algo más formal.
11.45 A Vivid Life: mamita, acá sí me sorprendí fuerte. Un videojuego extrañísimo que recuerda a algunas películas de Cronenberg. La conflictuada protagonista escapa en un auto. En un baldío, instala una máquina de rayos X. Su sospecha es que su esqueleto es una construcción externa. Como reza el aviso: “este es el videojuego más experimental de la colección porque presenta una estructura narrativa atípica”. ¿A qué se refieren los devs? A que no hay nada que “adivinar”. Las elecciones de diálogo que hagamos a lo largo de los descubrimientos contarán una u otra historia. Es una idea increíble que me encantaría ver desenvolverse en un proyecto mayor.
Dear Substance of Kin: otro que es un videojuego, estrictamente hablando. En control de Coppersmith recorremos un pueblo maldito, otorgando cosas a cambio de sacrificios. Con una visión top down similar a Engolasters, es un título oscuro, solemne y lleno de diálogos crudos, y mucho gore que se sufre poco por el pixel art. Como Underground Hangovers, no se siente tanto parte de esta colección, pero no desentona.
De Tres al Cuarto: el último videojuego y el creado específicamente para la colección tiene la virtud de ser un enorme videojuego lleno de sentimiento. Garza y Bonachera son un dúo cómico, haciendo shows todas las noches durante diez días en la playa de “Menorca” (el pun con Mallorca es lo peor que tiene). También son pareja. La mecánica es insólita y muy entretenida. Tenemos cuatro tipos de “cartas”” en un mazo de una veintena que sirven para llevar adelante el show. Las cartas indican a Garza si hacer un remate, elevar la apuesta del chiste, hacer una pobre improvisación o clavarse. Las cartas negativas (las dos últimas) son las que más abundan. La idea es encadenar bien las cartas (y los chistes) para sumar puntos, que luego sirven para comprar cartas buenas o mejorar o eliminar las que tenemos.
Entre cada show, Garza y Bonachera van a algún lugar y charlan de su vida, su pasado, su futuro y su relación, todo con una instancia de cuarta pared de los desarrolladores que nos relatan lo que ambos piensan.
Es, sin duda, con Supercontinent LTD y 11.45 el trío de videojuegos por el cual pagaría buena plata.
Conclusión
Essays on Empathy es una enorme chance de conocer un estudio independiente pequeño, pero colmado de ideas brillantes a las que hay que darles calce y curso para construir sociedades inclusivas y, por ende, mejores.
Hala, tío, que la pasé teta y todo en un santiamén.