Argentina superó los 100.000 muertos por COVID-19
Argentina superó los ayer los 100.000 muertos por coronavirus con los 614 de ayer, y se ubicó en el puesto 11 a nivel mundial en materia de decesos por COVID-19, luego de 494 días desde el primer fallecimiento.
El 7 de marzo, se registró la primera muerte, que fue de un recolector de basura que había vuelto desde París. Al mismo tiempo, en diálogo con Canal 12 de Córdoba, el entonces ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, remarcó que el virus había comenzado con las clases alta y media que viajaban, y que lo preocupaba más el dengue que el coronavirus.
Luego de que el 15 de marzo se suspendieran las clases presenciales, el presidente Alberto Fernández recibió un documento del área sanitaria que afirmaba que se podían llegar a 2.200.000 infectados y 60.000 víctimas fatales, aunque ahora, el país sumó 4.702.657 enfermos y 100.250 personas que no sobrevivieron. Cinco días más tarde, Fernández dictó el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO), rodeado por diferentes infectólogos, como Pedro Cahn; por los gobernadores Gerardo Morales, Axel Kicillof y Omar Perotti; y por el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Después de reiteradas postergaciones del ASPO, que finalizó formalmente en noviembre, Fernández señaló que prefería tener un 10% más de pobres y no 100.000 decaídos a causa de la pandemia, y la última medición de la pobreza dio un índice del 42%.
A la vez, la imagen de Larreta, Kicillof y Fernández juntos no volvió a verse debido a discrepancias en el comienzo de las clases presenciales, impulsadas por Larreta para que comenzaran el 17 de febrero en la Ciudad y rechazadas por los mandatarios nacional y provincial. En ese sentido, ya durante 2021 y con la llegada de la segunda ola de contagios, el Jefe de Estado buscó suspenderlas en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), pero la Corte Suprema se lo prohibió tras una presentación de Larreta frente al máximo tribunal.
Al mismo tiempo, a principios de este año, el periodista Horacio Verbitsky develó en El Destape Radio que se había vacunado en el ministerio a través de un contacto con González García; maniobra que se apodó como «Vacunatorio VIP» y a través de la que se inocularon de forma irregular diferentes funcionarios. Luego de la revelación de Verbitsky, el presidente de la Nación le pidió la renuncia al encargado del área sanitaria.
A partir de ahí, asumió la entonces secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, y se potenció en junio la llegada de dosis de las empresas Sinopharm y AstraZeneca, producida en Argentina, y del Instituto Gamaleya, cuyo producto se finaliza en el partido de Pilar y del que se dificultó el arribo de la segunda dosis. También se lanzó el Monitor Público de Vacunación, que muestra cuántas inoculaciones se distribuyeron y la cantidad de sueros aplicados. Hoy, el país recibió más de 30.000.000 de inmunizaciones e inyectó 25.254.280, de las que 20.178.596 eran primeros componentes y 5.075.684, segundos.
También, recientemente, se modificó por Decreto la Ley Nacional de Vacunas, que responsabilizaba a los laboratorios por los fallos de las vacunas, lo que trababa la negociación con la compañía Pfizer, que había hecho su mayor prueba en el Hospital Militar y había afirmado que 13.000.000 de aplicaciones aterrizarían en Ezeiza porque la Nación tenía prioridad.