La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) impuso a partir de hoy la presencialidad obligatoria en todas las primarias porteñas, tal como sucedió la semana pasada con los institutos secundarios.
Además, el Gobierno estableció que las burbujas pasarán a ser el aula completa de cada grado, y que se deberá respetar el distanciamiento social de 1,5 metros. A la vez, cada estudiante tendrá un lugar asignado en el espacio y deberá respetarlo en todo momento.
En cuanto a los comedores, el servicio se organizará por turnos, con mesas de seis personas al 50%, y los tres alumnos tendrán que sentarse intercalados.
No obstante, en diálogo con FRECUENCIA ZERO, una de las representantes del movimiento Padres Organizados, Débora Vasallo, destacó que diferentes estudios de la organización Unicef determinaban que la distancia podía ser de 1,15 metros.
A la vez recalcó que los Estados nacional y provincial estaban en deuda con los chicos, y que los funcionarios que se resistían al retorno a los colegios, como el ministro Nicolás Trotta, se habían quedado con la información de marzo de 2020.
También, Vasallo remarcó que se dificultaba posicionarse frente a los sindicatos docentes debido a que ya se había cumplido con la vacunación de los docentes, y que los gremios solicitaban que se avanzara con la inoculación en los menores; pese a que, según ella, no había aval internacional para cumplir con ese pedido.
Por otro lado, el protocolo ordenó que ante un caso positivo de COVID-19 en un alumno, el grado se aislará por 10 días. En tanto, si el infectado es un maestro, pasarán a la educación virtual todos los cursos en los que el enfermo estuvo en las últimas 48 horas.
