Sociedad

¡PAPÁ QUE CAMBIADO ESTAS!

por Loly Montes para Noticiario Sur

Los hombres también sufren cambios hormonales al convertirse en padres.
Ante la llegada de un hijo a la vida de una pareja, son ellas quienes pasan por el proceso de los nueve meses de gestación, con todos los cambios físicos que vienen después del nacimiento pero un estudio abarcó las evoluciones de 43 padres hasta seis meses después del nacimiento de sus hijos.

Tal parece que los recién estrenados padres sufren un cambio químico dentro del cerebro, con el aumento de dos tipos de hormonas llamadas oxitocina y la prolactina, informó BBC MUNDO.

Ambos tipos de sustancias se encuentran en el cuerpo de la mujer, pero mientras en ella se ocupan de ayudarla a sobrellevar el parto y la lactancia, en el caso de ellos fomenta la cración de nuevos lazos afectivos, algo muy propicio ante la llegada de un nuevo miembro a la familia.

El estudio, conducido por la neuróloga Ruth Feldman para las universidades de Yale, en Estados Unidos y Bar Ilan, en Israel, demostró que cuando los padres sostienen a sus hijos en brazos sus niveles de oxitocina y prolactina aumentan y actúan sobre la amígdala, el centro emotivo del cerebro. Este cambio condiciona los pensamientos del hombre con respecto al recién nacido.

La oxitocina contribuye en el cuerpo de la mujer a la contracción del útero durante el parto y la ayuda a cuidar al bebé recién nacido. Mientras tanto, la prolactina induce la lactancia. En el caso de los padres se trataría de un «un paso evolutivo», según Feldman, para «ayudar a los hombres a cuidar a sus hijos».

El estudio abarcó las evoluciones de 43 padres hasta seis meses después del nacimiento de sus hijos. Los mejores padres, que jugaban con sus hijos, los tranquilizaban y entendían sus exigencias, resultaron ser los que tenían el nivel de oxitocina más alto. Además, se tuvieron en cuenta sus respuestas en varias entrevistas.

«Muchos padres hablan de un desinterés sobre la paternidad», explicó Feldman, «hasta el momento en que tienen al bebé en brazos, instante en el que se produce, según admiten, un cambio en los sentimientos, una inesperada tempestad emocional». También está el hecho de que, mientras la oxitocina genera un sentimiento de protección en la madre, despierta un espíritu lúdico en el padre.

«Es posible que a medida que aumenta el tiempo pasado con el hijo y junto con ello progresa la capacidad del niño a partir de los dos meses para interactuar con los padres, la prolactina y la oxitocina aumentan para dar respuesta a las necesidades del niño», señaló Feldman.

fuente BBC MUNDO y AGENCIA CLAVE

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