En medio de la campaña electoral que ya comenzó y encuentra a Mauricio Macri rivalizando con sus principales competidores, Cristina Fernández de Kirchner y Roberto Lavagna, hay otra disputa que hasta ahora nadie en el Gobierno puede manejar, y tiene que ver con la inflación.
El número del INDEC alertó al oficialismo. Es que a esta altura, en la cartera de Economía meses atrás imaginaban otra situación: inflación a la baja y salarios recuperando poder adquisitivo. Nada de esto sucedió, sino que el primer trimestre del año llegó a casi 10 puntos porcentuales de aumento generalizado de precios, inquietando al Fondo Monetario Internacional, que permitió ampliar la deuda en 0,1 por ciento del PBI para la emergencia social pero con la condición de profundizar el ajuste.
En este contexto, el precio de la canasta básica de alimentos sufrió un nuevo aumento del 3,62 por ciento durante las primeras dos semanas de marzo. Consumidores Libres, a cargo del Dr. Hector Polino, se encargó de relevar 38 productos básicos en supermercados y negocios de la Capital Federal y arrojó aumentos de, por ejemplo, 15 por ciento en el kilo de tomate, 12,63 por ciento en jabón en polvo y 11,10 por ciento el kilo de paleta o roast beef.
«Estamos ante una situación que es el resultado lógico de una política que se ha llevado a cabo, no se quejen de la inflación si dejan libres a las grandes cadenas de supermercado, si seguimos pensando que el libre juego de la oferta y la demanda va a regular el mercado, cuando cinco grandes marcas concentral en 70 por ciento de las ventas minoritas», disparó Polino en diálogo con Frecuencia Zero.
Es que, pese a la existencia de varias leyes que ayudan al control de los famosos ‘remarcamientos’ de los supermercados como la Ley de Defensa de la Competencia, la Ley de Observatorio de Precios o la Ley anti-Monopolios, distintas organizaciones de consumidores denuncian que «no hay voluntad política para implementarlas»: «Ejemplificando con el tema de la nafta, se liberó el precio de los combustibles y produjo que subieran las naftas en 40 oportunidades, era indudable que el destinatario de esa medida fuera para las petroleras, y favoreciendo a las petroleras, las mineras, las cadenas de supermercados, los únicos perjudicados vamos a ser los consumidores», concluyó.
