Sumergidos de Nikita Argunov
En Sumergidos seguimos la historia de un hombre que conoceremos como “el arquitecto”. Él está en coma y dentro de un mundo donde otros pacientes, en el mismo estado, viven una vida tratando de sobrevivir de los “reapers”, unas figuras sombrías en las que se convertirían aquellos con muerte cerebral.
Dentro de este mundo del sueño, el tiempo es diferente, los personajes no recuerdan nada de su vida pasada, algunos tienen habilidades y otros no. La comunidad y su líder buscan crear una isla alejada de los “reapers” y para ello necesitan al arquitecto.
En su argumento Sumergidos tiene bastante de El origen de Christopher Nolan y algunos conceptos de un elegido o enviado para salvar la humanidad como en Matrix. También un género muy común en el anime llamado Isekai (donde una persona entra en un mundo de fantasía) con ejemplos como Sword Art Online y The Rising of the Shield Hero. Con tantos ejemplos, a la película rusa le es muy difícil despegarse de estas referencias y, lamentablemente, cae en los lugares obvios. Sin sorprender ni tampoco tener una gran vuelta de tuerca al final.
Actoralmente no se puede pretender mucho, pero hay ciertos diálogos que rozan la repetición y la idea de explicar todo el tiempo el mundo y cómo funciona. La relación amorosa de la pareja protagonista también parece salida de la nada, aunque al final parece que se explica, tampoco se da a entender qué es lo que los une. Ni hablar de ciertas motivaciones de los “malos”, ni que desaprovecha estas figuras espectrales que tienen un gran impacto en los primeros minutos del film.
El apartado visual es la apuesta de Sumergidos. Su director Nikita Argunov estuvo a cargo de los efectos especiales de otras películas rusas como Vychislitel (2014), Furious (2017) y Proyecto (2018). La apuesta del cine ruso moderno es construir ciertos efectos especiales que tienen un poco de Occidente pero también parecen hechos por un diseñador independiente. La mezcla termina teniendo escenas buenas y otras no tanto. Esto pasa en Sumergidos como también lo vimos en Guardians (2017) o la famosa saga inconclusa Guardianes de la noche (2004) de Timur Bekmambetov.
Sumergidos tiene una idea que podría funcionar si hubiera destacado en algún aspecto sobre un argumento ya visto varias veces.
Su apuesta visual entretiene principalmente en sus primeros minutos, pero el cine ruso moderno ha dado mejores ejemplos de fantasía y ciencia ficción.