Cultura

Un bar notable en Caballito

En el año 87, Felipe “Toto” Evangelista, expresidente de Ferro Carril Oeste, creó junto a su hermano un café porteño, que sigue de pie, en Neuquén y Espinosa.

Presidente de Ferro Carril Oeste del 93 al 96, Felipe nos cuenta que “entró al club como Evangelista y se fue como Toto”. A dos cuadras del estadio, en el barrio de Caballito, “Toto” nos cita para charlar de El Viejo Buzón: un bar que nació en el año 87, al calor de una historia familiar, para rescatar una esquina histórica, donde hoy se reúnen viejos y nuevos vecinos, suenan tangos y milongas y funciona una radio.

“Más que propietario, me considero custodio temporal de esta esquina”, nos dice Toto Evangelista, quien nació a metros de este bar notable. Y ya de más grande, junto a su hermano, pudo comprar una fiambrería, en ese entonces, y convertir esta esquina, donde paró toda su vida, en El Viejo Buzón. “Esto tiene un arraigo barrial al club y a los amigos. Acá, como en los pueblos, todo el mundo se saluda, se habla de una mesa a la otra”, agrega Toto, mientras un vecino que pasa lo saluda.

Desde el año 2014, este lugar fue nombrado Bar Notable, algo que encierra un valor muy importante. “Nosotros como bar tenemos 35 años. Somos un centro cultural: estamos abiertos a las artes plásticas, a la música; y eso es lo que hace que el bar sea distinto”.

El Viejo Buzón funciona todos los días, con shows de música los fines de semana, con platos típicos y una emisora llamada Radio Conectividad. Una de sus esquinas, Espinosa, conduce a la platea norte del Estadio de Ferro, club donde de chico se crió y de adulto, en los años 90, supo ser presidente. “Estamos muy ligados. Es un bar temático verdolaga. Además, muchos de los que hoy son Comisión Directiva lo fueron conmigo, de muy jóvenes. Entonces, es muy lindo ver cómo, al día de hoy, han hecho de Ferro un club modelo. Nos falta el ascenso a primera, nada más”, dice emocionado Toto.

Toto Evangelista, junto al «Ratón» Ayala y Claudio «Chiqui» Tapia, previo al mundial de Qatar ’22.

Las desgracias de la vida hicieron que Toto Evangelista perdiera de joven a su hermano primero y luego a su hermana, teniéndose que encargar de lleno de El Viejo Buzón, lugar que alquilan desde hace 35 años. De su paso como dirigente, Toto recuerda, entre otras cosas, las amistades que cosechó: “Hice muchos amigos, entre ellos Rodolfo Motta, quien es muy querido en Mataderos. Cuando jugamos contra Chicago, veo el homenaje que le hacen y me emociona”.

“Ferro fue una experiencia hermosa, pero hoy mi vida pasa por otro lado”, nos cuenta Toto y agrega que, además de la difícil tarea de llevar adelante este lugar histórico, forma parte de la Cámara de Bares y, junto a otros históricos dirigentes, creó el Círculo de Directivos y ex-Directivos del Fútbol Argentino, del cual es presidente. “Esa actividad todavía me une al fútbol”, nos dice y detalla que son quienes organizan el Premio Alumni todos los años. “El último se organizó en el predio de AFA, antes de que la selección viajara a Qatar y saliera campeona del mundo”. De este logro histórico nacional, Toto saca pecho: el plantel campeón del mundo tuvo al Ratón Ayala y al Huevo Acuña, dos ex-Ferro.

Entre las múltiples actividades que aborda esta esquina, Toto comenta algo muy lindo que organizan cada 6 de enero y desde hace cinco años: la Caravana de los Reyes Magos, que recorre los bares porteños más importantes, entregando juguetes en el Hospital Elizalde (ex Casa Cuna) y el Hospital Gutiérrez, y finalizando el recorrido en El Viejo Buzón.

“Cuando miro para atrás, no puedo tener más que alegría”, se despide Toto,  revelándonos que debajo del árbol donde charlamos, en Neuquén y Espinosa, se ubican las cenizas de su papá, su mamá y, a metros, las de sus hermanos. “Estar acá es un regalo de Dios”.

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