¡MORITE, LUGO!

por Víctor José Del Vento*

Es curiosa la mentalidad de un sector de nuestra población celebrando el golpe contra Lugo, al grito de;  «por fin cae uno de estos zurdos»… Estas personas, (y entre ellas hay muchas de nuestro diario contacto y de nuestro real afecto), sienten que el golpe de estado es un acto de justicia divina y que; “acá tendría que pasar lo mismo con la yegua”…

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Estas personas, son las mismas que sostienen permanentemente una feroz diatriba en contra del ingreso irrestricto y compulsivo de extranjeros paraguayos, -como de bolivianos, peruanos, marcianos, etc.-, ya que en épocas pretéritas de nuestro país, -inmigrantes como mis viejos-, si no tenían “la carta de llamada”, apenas bajaban del barco les metían una estampilla en las posaderas y los embarcaban al instante…

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Y si, la emigración es eso: partir en busca de un destino mejor (o posible). Y bien la imaginaría el enorme Castelao; “Te abandono  terruño mío, cuando solo me expecta mi desaparición y la de la siembra de mi semilla”. De lo que no tienen la culpa los inmigrantes es de la inexistencia y ninguneo crónicos, -cuarenta o cincuenta años ha-, de toda política migratoria posible. Sí, porque la culpa no es solo propiedad de este gobierno, ni mucho menos.

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A ninguno de nosotros nos gusta esta política de puertas faltantes (ya dejaron de ser abiertas), donde Evo Morales fracasa, muy a pesar de ser su gobierno, el único en la historia de Bolivia de poner en un pie de igualdad a los “indios” con “los seres humanos”. ¡Cómo no reconocerle sus méritos, y, como no reconocer que es el más urgido instinto de cada quién, el  acomodar los huesos donde el sol caliente mejor! Sin embargo, sus pares le dan la espalda y emigran a nuestro país (como a otros) porque les damos toda clase de ventajas posibles para seguir navegando la doctrina del  todomechupaunhuevismo.

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La “informalidad” de usos y costumbres no la inventamos nosotros, pero somos buenos cultores. Debemos respetar sus culturas y sus tradiciones, -nos enseñan desde el pintoresco INADI-, y debiesen ellos respetar nuestra AFIP y nuestras oficinas municipales de habilitaciones comerciales, nuestras normas laborales que hacen a los derechos de los trabajadores y tantas otras cuitas… Y debiese respetar el gobierno nacional nuestros usos y costumbres a la hora de convencernos que su no-gestión en este asunto, no lo es solo cuestión de votos…

Y la prueba viviente de la inacción es Macri. Hombre de derecha (y de la derecha fea), si lo hay. Si alguien no quiere a los inmigrantes; ese es Mauricio, -no Mariana, que les da trabajo en negro-. Se queja del gobierno nacional y de su inacción (y tiene razón), pero él tampoco hace nada, pudiendo echar mano a los organismos de control que tiene a su cargo. Nada. Por eso hoy La Salada es nuestra mejor y más feliz representación del estado actual en materia de emprendimientos empresariales. Macri puede combatir la informalidad con las armas que posee pero no lo hace. Para nada. Igual, por la cabalística de la vereda política, se queja del gobierno nacional.

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Pero el gobierno nacional bien hace en no hacer nada. Y si; es el castigo lógico para nuestra ciudad autónoma divorciada de la Argentina desde que la mayoría de los vecinos no le ofrendan su voto al peronismo que supo apoltronarse en el sillón de Rivadavia, en veintiuna de las veintitrés presidencias últimas. Tal vez por eso la inversión “K”, en la capital de los argentinos sea tan prolífera como la descendencia de los “castratis”, y por ello debemos como hoy, esperar que el olmo PRO nos provea de peras. Si muchachotes y muchachotas oficialistas: les habrán avisado que el gobierno nacional no invierte en la ciudad como en las provincias, ¿no? (piensen en alguna obra y después me cuentan…)

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¿Y qué podría hacer el gobierno nacional? Por ejemplo, modificar la constitución –en otra página que no sea siempre la de la reelección-, sancionando una “enmierda”, -diría Gardel-, que modifique ese parrafito que invita a todo el mundo de buena voluntad (incluyendo a la mafia china) a entrar a nuestra Disneylandia real (la de ellos es de mentiritas…) No dejemos que todo el mundo venga a salvarse sin antes salvar a los propios. Y de paso, hagan lo mismo con las ballenas; ocúpense primero de nosotros.

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Y si. Por eso, la corporación política gusta de alterar la numerología, y por ello la primer causa de muerte de nos los criollos, años ha, no es ni el faso, ni los accidentes de tránsito, sino las políticas oficiales de nuestros gobernantes de la mano de la mala sangre que nos proveen. Ante ello, ¿qué gestión mejor que esta para realizar un cambio? Ha demostrado que puede cambiar el estado de la materia cuando quiere. No es un deseo; es el imperio de la necesidad por dos motivos básicos. El primero, para inaugurar un camino que ningun otro gobierno recorrió, (no cuentan los operativos militares en 1978 que llevaban los inmigrantes de las villas a Retiro a los trenes, para enviarlos de allí a su terruño, emulando a sus primos nazis enviando a los judios a Auschwitz) El segundo motivo, es que es el único gobierno a la fecha, que ejerció cambios profundos (a favor y en contra del gusto de cada quién, obvio) en materias nada sencillas para la digestión de propios y terceros con reformas profundas para todos los códigos de leyes que incidirán sin duda en la vida diaria de los ciudadanos.

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Pero me permito volver a estas personas, y me permito indicarles que no debiesen ignorar que Lugo disminuyó –y no poco-, la emigración de sus connacionales, entregándoles una calidad de vida que nunca tuvieron; ¿hace falta recordar que sufrieron un gobierno de derecha como el de Stroessner que duró 35 años? -Si; menos años que el de Castro, me dirán…-

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Estas personas, debiesen notar una enorme contradicción en su posición frente a la crisis guaraní: ¿No es ridículo qué aprueben y vitoreen un golpe de estado contra un gobernante elegido que plasmó una gestión pensada para que sus connacionales se queden en su país y no se las piren a otros? No los acusaré de renovar cada tanto el plazo fijo de su fe golpista. Para nada. Solo marco la contradicción genética de su discurso. Cuando hablan de Chavez, de Fidel Castro o del que sea (menos de Lula y de Dilma porque sino como explican sus veranos en Brasil), los señalan como “carceleros de sus pueblos” porque no dejan salir a nadie. Ahora; ¿no es esa la política que según estas personas nos conviene como nación, ya que cuantos menos personas dejen salir, menos se nos vienen para acá? ¿O me van a decir que los putean porque conocen a fondo sus políticas? No, claro que no. No los conocen, pero los maldicen porque se abrazan con los Kirchner hace rato. En lo personal ni los aplaudo ni los condeno por la simple razón que vivo acá. Solo por eso. ¿Puede alguien ponerse en la piel de un cubano o de un venezolano a la distancia? No, solo tocar de oído. Nuestro enemigo histórico es uno solo y ese queda más al norte, no lo duden.

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Este es el punto. Clavemos alguna vez nuestras enormes contradicciones en un gran pizarrón. Tal vez así veamos como el Boca-River nos aniquila el sentido común hace rato. Pocos parecen ya distinguir los grises en aras de la camiseta partidaria. Nos casamos con el que sea y le aguantamos todos los pedos. Los que dormido expulsa y los que suelta a propósito. Y ahí radica su fuerza. Le aplaudimos todo o le censuramos todo. Hemos perdido la visión periférica. La capacidad de evitar que nos sumen a la manada. Le tiramos el albedrío a los perros y así estamos. Siempre habrá desgraciados con la camiseta que sea. En lo personal tengo el mismo caudal de afecto y de enojo con los seguidores y con los detractores de este gobierno. Pero de ellos será el reino de los cielos.

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A estas personas bien les vendría un illuminati que los guie de retorno en busca del arbitrio perdido. Igual siempre vamos a equivocarnos, ¿cómo no?. Pero será a fe personal, y no en tren de defender la camiseta porque si nomás. Para nada. Pero tal vez, -y solo tal vez-, consigamos que la corporación política tenga en claro que no gobierna para una manada de descerebrados barrabravas, y que si lo hace para un pueblo librepensador. Ese día tal vez llegue y los cambios nos conviertan en una sociedad que pele las cacerolas tanto por la inacción ante la inseguridad manifiesta, y no porque no le dejan comprar dólares y caguen a palos a personas que pertenecen a programas de televisión que no les gustan.

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A estas personas como al resto, bien nos vendría dejar de joder y pedir que de una vez se corte la malaria sempiterna de la patria puta y arranque la gran nación que siempre prometió nuestras posibilidades y que tan bien a la fecha han arruinado todos los gobiernos. Todos. Chau.

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*para Noticiario Sur y para elpais.com