La semana pasada, el diario Página 12 publicaba un informe que ponía sobre la mesa la situación compleja que vive el proceso de transición entre la Policía Federal hacia la de la Ciudad: el programa implica dejar de lado las 54 seccionales que heredó de la Federal y reducirlas a 15 comisarías comunales y 28 vecinales.
Esto produjo una serie de reclamos por parte de efectivos que no se sintieron satisfechos con el traspaso, y comenzaron protestas para lograr su reincorporación a la Federal.
Lo que empezó a principio de año con una manifestación de 250 oficiales en la Legislatura porteña con sus viejos uniformes para demostrar el fastidio por la decisión que se dio en enero del 2017, siguió la semana pasada cuando otro grupo decidió pasar la noche en el hall del Ministerio de Seguridad para presionar y lograr el pase y retorno a las fuerzas federales. Pese a que el secretario de Seguridad, Marcelo D’Alessandro, se comunicó con el jefe de la Federal Nestor Roncaglia, no hubo una respuesta concreta y esto derivó en una nueva protesta que sucedió ayer frente al edificio ubicado en Regimiento de los Patricios.
El Gobierno de la Ciudad intentó deslegitimar el reclamo y quitarle importancia, aunque esto generó aun más criticas por parte del grupo: «La transferencia fue obligada por una ley inconstitucional, a ser parte de una fuerza que no elegimos y degrada en su escalafón, es por esto que pedimos que vuelva la Policía Federal como fuerza a las 54 comisarías de la Ciudad y que se respeten los derechos de quienes arriesgan su vida todos los días», recitaba el comunicado presentado.
Solo resta saber como seguirá esta pelea que recién parece comenzar.
