No alcanzó

River derrotó 2 a 0 a Palmeiras, pero no llegó a los penales.
El conjunto de Gallardo jugó un partido casi perfecto. Dominó todo el encuentro al Palmeiras y convirtió los dos goles en la primera etapa. El escenario era el mejor, no le habían convertido, generaba situaciones de gol constantemente y su rival no sabía como contenerlo. El paraguayo Robert Rojas abrió el marcador con un cabezazo inapelable, también de cabeza Borre puso el 2 a 0 y lo casi imposible pasó a ser probable.
En la segunda etapa el trámite no cambió, el local no podía tener la pelota, no generaba siquiera infracciones para perturbar al menos a Franco Armani. Ni la expulsión de Rojas por doble amarilla cambió lo que se veía en el campo. Montiel marcó el tercero con una volea, todo era locura en el banco Millonario, pero desde el VAR le avisaron al arbitro Ostojich que había offside de Borre en el comienzo de la jugada, no tuvo mas remedio que anular el gol.
Luego el uruguayo que impartí justicia cobró penal a Suarez (minuto 77) Montiel ya en la medialuna del área estaba listo, pero otro llamado del VAR obligó al juez a revisar la jugada, al verla en pantalla verificó que Suarez simuló y anuló la pena máxima. River siguió buscando, intentó por todos lados, buscaba ese tercer gol que al menos lo lleve a la definición desde los doce pasos. Pero esta vez no se dio, los errores propios cometidos en la ida (0-3 en Argentina) no le permitieron avanzar a la final.
River y Gallardo estuvieron muy cerca de la épica, lo que si lograron es la admiración y el respeto de toda Sudamérica, su juego, su voracidad y competitividad son para aplaudir por todos los amantes del fútbol.