El Sarmiento y la deuda del mantenimiento

El descarrilamiento de una formación del tren Sarmiento cerca de la estación Liniers volvió a poner bajo la lupa el estado del sistema ferroviario argentino. El hecho, ocurrido alrededor de las 16 horas del martes, dejó un saldo de 19 heridos, 9 de ellos trasladados a hospitales, y generó una interrupción total del servicio. Aunque todavía se esperan los resultados del peritaje judicial, especialistas coinciden en que el siniestro podría haberse originado por problemas de mantenimiento en las unidades.
En diálogo con FRECUENCIA ZERO, Gabriel Schraiber, politólogo especializado en política ferroviaria, sostuvo que “la causa más probable del descarrilamiento fue el desgaste en las ruedas de la formación”. Según explicó, “las unidades chinas del Sarmiento tienen más de diez años y hace más de dos años y medio que está frenada la compra de repuestos”. Para el experto, esto impide el reemplazo de los llamados boggies (las estructuras que sostienen las ruedas) y genera un deterioro que puede derivar en fallas como la ocurrida en Liniers.
Schraiber descartó que se haya tratado de un error humano o de un desperfecto en las vías, ya que “el cambio de aguja en ese sector es nuevo y cuenta con un sistema de cerrojo electrónico que impide su manipulación mientras pasa un tren”. En ese sentido, remarcó que la falla no estuvo en la infraestructura, sino en el material rodante, y advirtió que “la falta de mantenimiento no afecta solo al Sarmiento, sino también a otras líneas metropolitanas como el Mitre, el San Martín y el Belgrano Sur”.
El especialista vinculó además este tipo de hechos con una problemática estructural que se arrastra desde hace años: la postergación de inversiones en seguridad y mantenimiento ferroviario. “Después de la tragedia de Once hubo avances, pero también retrocesos”, afirmó. Y concluyó con un llamado al gobierno nacional para destrabar la compra de repuestos y garantizar que no vuelva a repetirse un accidente de este tipo.




