INCIDENTES EN LA MARCHA DE LAS VELAS POR MELINA PÉREZ
los vecinos marcharon una vez más contra el predio tomado de la villa 20
A PURO FUEGO POR MELINA LÓPEZ
El infame asesinato de Melina López convocó de apuro a vecinos de Lugano a una nueva marcha de las velas, pero en esta ocasión, ya no solo en contra de la ocupación del predio como hace 6 meses, sino contra lo que se veían venir: una escalada delictiva y violenta sin par.
Los vecinos se convocan con presteza siempre de la mano de la enorme indignación que los inflama por el incontrolable aumento de delitos con víctimas fatales a manos de unos pocos que usan el predio Papa Francisco como shoping para sus robos.
LOS INCIDENTES
Era de esperar, que la lógica indignación de los vecinos auto convocados estallase ante la permanente prohibición de las fuerzas de seguridad de acercarse con la protesta al mismísimo predio, -es dable reconocer que hoy es seguro que de permitírseles llegar, podrían recibir ataques por parte de los delincuentes que se enseñorean en el predio-
Así las cosas, la bronca acumulada de los vecinos, -Mirtha, una vecina señala con tino; “Hoy Melina y mañana quién sabe quién…”-, empujaba como en el scrum del rugby, a una tibia formación de los Gendarmes que claramente no querían ir contra los vecinos, -cosa comprobable con solo ver como desalojan calles en situaciones donde el que está enfrente no es de “su agrado”. Pero igual volaron algunas piedras y hubo algunos forcejeos.
Una vecina en un gesto espontáneo nada cargado de demagogia ni de sobreactuación, se arrojó sobre el asfalto de avda Cruz como un Cristo invertido “a la Dalí” en una imagen tan ilustrativa como dolorosa. Otra vecina con su esposo con un bastón avanza y llora profundamente en silencio, cansada del dolor y del horror en que la clase política toda ha arrojado a muchos vecinos. No solo a ellos, sino a quienes viven en la villa y deben exponerse todo el tiempo a esta espiral de violencia asesina.
Hoy la marcha es por Melina y por el resto de los que aún caminan sobre sus pies por este mundo. Lo cruel es la previsibilidad absoluta de lo que va a suceder. Todos sabemos que a cualquiera le tocará mañana. A cualquiera. A uno de la marcha o a uno de la toma. Lo cierto es que la peor cara de la muerte ha llegado a Lugano como un invierno largo e inclemente.
LA INCONGRUENCIA DE LA JUEZA LÓPEZ IÑIGUEZ
Aunque el Gobierno Nacional y el Porteño se han desentendido a la fecha de la situación, y esto es un tema archivado en un estado absolutamente letárgico, producto de la parálisis absoluta de la clase dirigencial en una total abulia del que se han desentendido del primer al último mandatario, ministro, diputado, legislador, funcionario, etc., etc. Ambos partidos gobernantes (el PRO por la Ciudad y el FPV por la Nación) se hacen claramente los boludos y a la fecha solo se rescata la enjundia de Berni, -con o sin razón-, la tenacidad del Fiscal Rolero y su equipo y las denuncias de Gustavo Vera. Hasta Alejandro Amor, -Defensor del Pueblo-, intentó aportar claridad pero no tuvo suerte por lo álgido de la situación y el desborde absoluto.
Es claro que desde el primer día de la toma, la muerte se enseñoreó con el predio y en el debut se cobró la vida de Osvaldo Soto, a manos de Rolando Rivas Dávalos, miembro de la temible banda narco de “los Paraguayos”, -artífice del tsunami delictivo que asola el barrio desde la usurpación del predio-. A pesar del pedido de captura internacional, este hombre va y viene en un periplo que incluye Asunción, Misiones y Buenos Aires (Lugano) utilizando un documento falso, y otro de cuando era un adolescente, en una burla permanente ya no a la vapuleada justicia, sino al dolor de la familia de Soto, encabezada por esa luchadora que es su madre Trinidad.
Los delitos cubren un descolorido arco iris que va desde el asalto a vecinos a pie, en autos o a sus domicilios, el secuestro express (acaban de desbaratar una banda con liberación de rehenes incluida), el tráfico de drogas, venta de autopartes de vehículos desguazados tras ser ingresados al terreno (la semana pasada hubo dos muertos y dos heridos en el caso de la Suram negra que entraban los ladrones al predio y fueron sorprendidos) y la trata de personas para la prostitución. También los ocupantes del predio que no son delincuentes sufren lo suyo y ya ha habido varias personas baleadas, abusos sexuales y aprietes diarios de quienes quieren los terrenos que ocupan a cualquier costo.
Martín Ocampo fue lapidario hace unos días: -“La usurpación de la que se ocupa la Justicia de la Ciudad dejó de ser el mayor de los problemas, en comparación con los delitos de narcotráfico, tenencia de armas, secuestros, violaciones y asociación ilícita, cuya competencia es exclusiva de la Justicia Nacional, de la cual se requiere una intervención urgente para no tener que lamentar una tragedia”, aseguró el titular del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad (MPF).
Quienes seguimos de cerca “la interna de la 20”, observamos las mutaciones aceleradas de su estructura social desde la toma del predio y de ser una villa “tranquila” y controlada con mano de hierro durante años por el “Cacique” Marcelo Chancalay, cuando se apagó su estrella y fue a dar a la cárcel por la acusación de ser el instigador principal -pero no el único- de la toma, no pocos, -dentro y fuera de la villa-, sabíamos que era este el fin de un “equilibrio”, -a base de patadas, cierto es-, de las relaciones entre distintas fuerzas del ecosistema de la 20. A propósito, llama la atención la rapidez con la que fue liberado Chancalay, y en base a su liberación surge una pregunta básica: ¿acaso se lo liberó por sus múltiples contactos con la cima del poder político porteño en sus décadas de dominio de la villa? De no ser así, habría que evaluar si la pena se corresponde con lo delinquido por el reo, -en su caso como en cualquiera-. Lo cierto es que a pesar de no ser su primer condena, negoció, -como era de esperar y vaya uno a saber con “qué”-, esta nueva condena con 6 irrisorios meses de prisión (en suspenso, claro)
Claro que la incomprensible y fatal laxitud de la Jueza Gabriela López Iñiguez “planchó” el desalojo y “despegó” de la causa a otros responsables de la toma, desestimando por completo las prolijas y profusas investigaciones del Fiscal Carlos Rolero, señalando a Marta Yané del movimiento Evita, a Roberto Jiménez, Emanuel Ríos, Néstor Rivas, Darío Varela y Marcelo Urquiza. Cabe destacar que Roberto Jiménez es miembro de la temida familia que le da apellido y que es conocida como “la banda de los paraguas”, responsable del manejo de la droga en la Villa 20. Infaustamente, la joven Sonia Angles, perdió su bebe por nacer por un balazo, al quedar atrapada en medio de una de las tantas reyertas entre los narcos paraguayos y quienes defendían el terreno tomado.
La otra “entrega” de la Jueza, consistió en no dar permiso al equipo del Fiscal Rolero a permitir que casi un centenar de vecinos de la villa 20 declaren bajo la figura de identidad reservada, asegurando así la ley de la omertá para los vecinos de bien que tienen la desgracia de convivir con estas ratas. Hoy la Jueza con su negligente accionar carga sobre su mochila, (no señalaré su conciencia, porqué no me consta), muertos y heridos en estos 6 meses (unas 15 personas…) y la permanente y creciente intranquilidad de un barrio. Ella no es inocente, claro.
Pero que la toma provee a los delincuentes de un escenario propicio como lanzadera de sus delitos, no es un mérito exclusivo de la misma, ya que en 2013, detectives de la superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal realizaron un operativo en la villa 20 y apresaron a 21 narcos paraguayos. En el operativo, ordenado por el juez federal Claudio Bonadio, fueron secuestrados $ 160.000 y US$ 12000. Tan importante es el poder de fuego que poseían los narcos que durante el allanamiento hirieron de un balazo a un afectivo del Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF). Así también, en el allanamiento de junio pasado, los dos detenidos fueron también dos personas de nacionalidad paraguaya, pero no por sus antecedentes en principio sino porqué armados con machetes y pistolas intentaron frenar el ingreso de las fuerzas de seguridad. Esto señala su peligrosidad y su desprecio, toda vez que los uniformados llegaban en número casi a 100 efectivos.
Lo cierto es que una vez caído Chancalay, el dominio de “la banda de los paraguas” se entronizó y comenzó a pelear fieramente con los otros ocupantes del predio para quedarse con “sus terrenos” y tener a futuro el control del nuevo frente de la villa, convencidos además que la urbanización es algo que jamás se hará, pero emulando a sus “colegas” de la 1-11-14 que se aseguraron el control de las viviendas sobre la avda Perito Moreno por su ubicación estratégica para el desarrollo de su actividad delictiva “secundaria”, a saber, asaltos a trabajadores de la villa, a automovilistas, etc.
Hola Soy vecina d Lugano,, es increible la ola d asalto q hay a toda hora,, yo vivo en el Barrio Samore,, pero los tres barrios, Copello, Nagera y Castro tmbn son invadidos x la inseguridad.. Estan entrando a dptos,, estan lastimando gente,,Pasar x debajo o x arriba d los puentes q cruzan Dellepeniane Sur y Norte es imposible.. X favor a kien corresponda manden moviles, gendarmes, hagan algo.para q podemos salir a trabajar, llevar nuestros niños al colegio, salir hacer compras.. Nosotros elevamos una nota firmada x un grupo d vecinos a la comiseria 48, esperando una soluciòn..